Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

viernes, 25 de marzo de 2011

Ángel

Sé que no me ves. Sé que a veces ni siquiera me sientes. Pero sí notas que hay algo. Hola, soy yo, y estoy a tu lado...siempre lo he estado y siempre lo estaré. Así que no te preocupes y duerme, descansa todo lo que puedas que ahora yo cuido de tí, yo te acaricio el pelo y me mantengo en vela para cuidarte.
Hace mucho tiempo que intento cuidar de ti. Te he visto reír, llorar, gritar, soñar...siempre he intentado hacer lo mejor en cada momento aunque muchas veces no lo haya conseguido. He intentado ser el mejor ángel de la guarda posible, alejarte de los peligros, hacerte feliz, ayudarte en todo... y sé que a veces he fallado, que a veces me has necesitado y no he sido capaz de hacerte comprender que estaba aquí, a tu lado, como siempre. En el mismo sitio donde siempre estaré.
Espero haberte podido ayudar dentro de mis capacidades, y espero seguirte ayudando mucho tiempo más. Pero eso depende también de tí, porque por muy a tu lado que yo esté necesito que tú también me escuches. Que no intentes alejarme. Porque además no te servirá para nada...los ángeles de la guarda no se pueden separar de sus protegidos, igual que no me puedo separar yo de tí.
Descansa ahora, duerme, porque mañana saldrás de nuevo al mundo y en medio del ruido tal vez no oigas mi voz, tal vez no te acuerdes de la sensación que tienes ahora de que alguien cuida de tí, porque el mundo a veces parece muy frío y angustia la sensación de soledad.
Sé que pasará...por eso mañana intentaré acercarme más a tí, te abrazaré cada vez que te pares el tiempo suficiente.
Así que si notas algo, un roce, un abrazo, calorcito en el pecho, no te asustes. Soy yo, tu ángel, tu protector, tu amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario