Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

jueves, 15 de mayo de 2014

Homenaje a Márquez


Sé que no soy el mejor haciendo homenajes. No estoy al nivel de Manrique y sus famosas Coplas, ni al de Serrat y su Caminante no hay camino, que tantas veces he escuchado y que aún sigue pareciéndome una auténtica obra de un genio. No soy, desde luego, tan ingenioso como ellos ni como los responsables de tantos homenajes que hemos visto, desgraciadamente, en los últimos días por el fallecimiento de Tito. No tengo la capacidad suficiente para crear canciones, poemas o líneas tan artísticas como las que se vieron con la muerte de Mandela. No tengo esas habilidades. Pero tengo este blog, y con eso habrá de ser suficiente.

Hace ya varias semanas que quiero escribir una entrada como esta. Hace un mes, casi, que fui a comprar el Marca por tener un póster de la final de Copa y vi la noticia. Hace unas cuatro semanas, casi, que murió un escritor increible, un auténtico maestro. Un premio Nobel.
Un Nobel de Literatura de los que no son regalados, no como cierto Nobel de la Paz de hace unos años. Un Nobel que fue ganado y merecido, que nadie puede discutir.
Y si me tiran de la lengua, creo que si se pudiese dar a título póstumo, le daría antes a él el Nobel de la Paz que a Obama, ya que es la primera vez que veo alguien capaz de que Obama, Merkel, Castro, socialistas, comunistas, de derecha, todos estén de acuerdo y manden sus condolencias por la pérdida de un genio. Por ser capaz, aunque sea con su muerte, de unir al mundo en un sentimiento como ya hiciese el propio Mandela. Porque antes, ya lo hizo con sus libros.

Puede ser que alguno no sepa de quién estoy hablando, ni aunque diga que entre sus obras figura Cien años de soledad, pero entonces puede ser que esta entrada no esté dirigida a ellos. Muchos lo criticaron porque rechazó todos los premios que le concedieron después del Nobel. Otros consideraron que era otro gesto más para mostrar la fuerza de su carácter y su forma de ser, que como la de escribir, fuese posiblemente única.

Porque probablemente era un escritor único. Porque era Gabriel García Márquez.