Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

martes, 4 de febrero de 2014

Minuto de vergüenza

 
Me da vergüenza ajena. Una de las aficiones que asegura ser de las mejores de España, a cuyo estadio de fútbol denominan "La catedral". Esos son los que han demostrado que se puede ser tan rastrero y gusano que no se respete ni a los difuntos.

Mientras en los campos de todo el país se homenajeaban al antiguo número 8 del Atlético de Madrid, el que fue entrenador de muchos equipos, al seleccionador de la eurocopa del 2008. A una persona.
En esas estaban cuando un abucheo ensombreció el día, cuando unos individuos demostraron una vez más que a veces los estereotipos nos los buscamos, cuando un minuto de silencio fue interrumpido por silbidos, abucheos y gritos de españoles fuera. Todo, durante un minuto de silencio en el que todos los que vieron la escena sintieron ira. Y yo, entre ellos. Ira porque no hay nada más rastrero que faltar al respeto a un muerto. Porque incluso los gusanos y otros insectos respetan a los que se han ido, pero no ellos.

Y ahí, en ese minuto, demostraron lo que son realmente los que acuden a ese estadio cada domingo, o últimamente cada dos lunes. Porque en una catedral no se falta el respeto, se guarda y se honra a los que se han ido. Los silbidos y abucheos son para los puticlub y otros antros. Porque las buenas aficiones, las mejores aficiones de España o de cualquier otro lugar, respetan a todos, incluso a los que no llevan sus colores. Las buenas aficiones callan en el minuto de silencio, vitorean en el momento adecuado y cantan en memoria del difunto, ya sea el 8, el 16 o el 26. O cualquiera. Una gran afición son la del Betis y Sevilla que abandonan los colores para cantar por Puerta o Roqué. Esa afición sólo demuestra que sólo es buena cuando ellos quieren, y demuestra, para mi gusto, estar al nivel de los peores seres que acudan a campos de fútbol.

No os equivoquéis, mi enfado no es porque Luis Aragonés fuese alguien del mundo del fútbol, si no porque debe ser respetado, como ser humano, y es triste y de personas tristes ser incapaz de respetar a alguien. Y lo fueron, tanto en el estadio como en los comentarios de Marca, donde empezaron a aplaudir el bochornoso espectáculo diciendo que "no somos españoles y ese tío no es nadie para nosotros". Seguro que ahora, con los daños de la tormenta de los últimos días, se sienten tremendamente españoles a la hora de pedir las ayudas económicas al gobierno para reconstruir sus paseos y locales. Seguro que se sienten muy españoles a la hora de pedir responsabilidades por supuestas faltas de medidas preventivas. Yo me pregunto qué pensarían si nos plantásemos y les abucheásemos. Sólo que para eso, claro, haría falta un gobierno con valor, cosa que me temo que aquí nunca tendremos.

Que se vuelvan a su "catedral", o a donde quieran. A mí me han demostrado, una vez más, el tipo de seres que son y lo que no son. Y desde luego, no son una gran afición.