El año pasado fui uno de los tantos alumnos que abandonaron la universidad para
adentrarse en el mundo laboral. Esto quiere decir, básicamente, que formo parte
de esa promoción que algunos llaman "la promoción del mañana" mientras
que otros nos tratan como los "idiotas del hoy". Y es que cada
vez nos es más difícil no sentir que muchos nos ven tan sólo como un grupo del
que aprovecharse mientras aspiramos a ser los mejores profesionales posibles
dentro de nuestros campos.
Así es como nos sentimos.
Ninguneados. Ninguneados a la boloñesa. Y es, que además de la mortadela y la
salsa para macarrones, la ciudad italiana también tiene el dudoso honor de dar
nombre a una de las mayores reformas de la educación universitaria que se han
visto nunca. Nos la impusieron, con los objetivos y las excusas de que el
cambio iba a significar una mejor preparación, una formación de calidad y la
equidad con la enseñanza europea. Y, por supuesto, nos la metieron doblada una
vez más. O al menos, eso parece que nos quiere decir ahora el Ministerio. Sí,
el Ministerio.
Según los políticos que acordaron, implantaron
y vendieron la moto del plan Bolonia, dicho plan no vale para nada. Esa es la
única explicación que se le puede dar al hecho de que ahora, de nuevo de forma
casi dictatorial, hayan decidido que da igual si eres diplomado o
graduado en enfermería, ya que al parecer con sólo pedirlo van a equiparar un
título con otro, o eso dicen los interesados. ¿Qué los alumnos de grado hemos
tenido un año más de estudios universitarios? ¿Qué eso ha supuesto que hayamos
tenido que gastarnos más de 700 euros de diferencia con los diplomados para
completar nuestra formación? ¿Qué hemos tenido que acreditar además un nivel de
idiomas, lo que ha supuesto más gasto y ha hecho que haya aún compañeros que
todavía no tienen el título? Pues todo eso parece que va a caer en saco roto,
que va a dar igual y que una vez más no vamos a poder hacer nada porque no
quieren prestarnos atención.
Estamos intentando levantar nuestra
voz, pero es complicado hacerte oír cuando hasta el sindicato y el colegio que
te tienen que apoyar te ignoran, cuando te responden con correos vacíos a tus
preguntas (en caso de que te respondan) y juegan a dos o más bandas. Pero es
que hemos entrado en un mundo de intereses en el que nadie ayuda si no se gana
algo a cambio, y cuando a los que deben defenderte les beneficia que te quedes
sólo acabas desamparado.
Lo más curioso es que, salvo los
diplomados que ahora pretenden conseguir el graduado por la cara, me da la
impresión de que nadie más gana con todo esto. Y es que, básicamente, nos están
diciendo que la formación que nos ha dado la Universidad ha sido inútil, ya que
se puede deducir que en un año entero no han sido capaces de enseñarnos nada útil
ni que marque la diferencia. Al fin y al cabo, están diciendo que da igual tres
que cuatro años.
Y yo me pregunto, ¿cómo pretenden
que nadie valore la sanidad y la educación actual si vienen a decirnos que da igual que los sanitarios se
formen un año más o menos que van a saber lo mismo? Y cuando digo sanitarios,
puedo hablar de cualquier otra carrera.
Y es que no da lo mismo. Pero
claro, hay muchos intereses en juego y los que pagamos al final siempre somos
los mismos, que al parecer piensan que es lo único que hemos aprendido durante
la carrera. A pagar y tragar mierda. Pero no es lo mismo, no es lo mismo tres
años que cuatro. No es lo mismo tener b1 que no tenerlo. No es lo mismo DUE que
GUE.