Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

viernes, 7 de octubre de 2011

Steve Jobs

Hoy ha muerto uno de los máximos responsables de una gran multinacional. Ha muerto de cáncer a los 56 años. Ha muerto rodeado de gente, con dinero para recibir tratamiento y medicación para el dolor. Ha muerto tras una vida completa por ser un visionario, y por tener suerte.
Mucha gente, tanto desconocidos como famosos, aseguran sentirse conmocionados por su muerte. El mayor buscador del mundo le homenajea y los telediarios le dedican el tiempo que debería tener reservado a la corrupción de nuestros políticos.
Yo respeto a ese hombre, como a todos los que han muerto. Pero me molesta que se olvide a tantas personas. Miles de personas mueren al año de cáncer, y de VIH, y de otras muchas enfermedades que o tienen vacuna pero se esconden o no tienen vacuna porque no interesa. Y nadie recuerda a todos esos nombres que caen en el olvido, en sacos rotos, en el polvo. Personas que mueren solas, que no tienen dinero para pagar un tratamiento o para quitarse el dolor de un cáncer. Personas que no han tenido suerte de nacer con su don, o de que alguien les descubra. Futuros Newton, Einstein, Unamuno o Gasol... o Steve Jobs, que mueren de hambre o enfermedades en África.
Hoy aprovecho la pena del mundo por ese hombre que lo tenía todo para recordar a todos esos que se han marchado en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario