Que vivimos en un mundo decadente es cada vez más obvio. Que la sociedad está agotada se ve en todos lados, en cualquier esquina, en los 5 millones de personas que quieren trabajar y no pueden, en aquellas personas que no quieren trabajar y se jactan de ello...y en los que se vanaglorian de dirigir este indecente conjunto de seres medio vivos que llamamos país.
Aquellos politicoides, para no insultar a otros que si se toman en serio a la gente que les votan y a los que votan a otros, que intentan despuntar sacando a la vida los fantasmas del pasado, usando para politiquear las grandes tragedias del pasado, las muertes de las personas inocentes. O aquellos que dicen que se oponen a los primeros, y que lo único que hacen es esperar a que caigan para disputarse los restos de la sociedad como aves carroñeras.
Entran ganas de pedirles que dejen en paz a los muertos y se centren en dar de comer a los vivos, y recordarles que hoy por hoy no hacen ni lo uno, ni lo otro. Que dejen de discutir en el circo mediático en que han convertido la actualidad y en que nosotros somos los payasos y colaboren, en vez de dejarnos tirados a los leones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario