Hoy ando metido en esta especie
de habitación paralela al continuo espacio-tiempo en la que hace tiempo que
vivo. Más continuamente desde que la US decidió ponerse en huelga y acabar con
las clases, tal vez el único método de contacto que mantenía con la realidad
mientras los apuntes hacían todo lo que podían por absorberme y volverme tan
loco como los pacientes que estaba estudiando.
Ahora que eso tampoco lo tengo,
vivo en una especie de vida anestesiada en la cual las horas trascurren entre
vueltas y vueltas y vueltas alrededor de las mismas páginas (que me deben de
conocer muy bien pero yo no soy capaz aún de aprendérmelas del todo, las muy
jodidas siguen intentando ganar la batalla) y los días sé que pasan porque cada
tres comidas vuelve a llegar una dulce que supongo que será el desayuno, y
porque en el Marca van cambiando el número de días que faltan hasta el próximo
partido de España. Y no, no es broma, me aprendí que mi primer examen es tres
días después del primer partido y un día antes del segundo, y gracias a Marca
voy viendo el tiempo que me queda de agonía.
Por otro lado, esta especie de
anestesia en la que vivo no impide que los nervios, estallidos incomprensibles
de ira contra las hojas amontonadas y algún mosquito que osa adentrarse en mi
territorio y sensación de cansancio impotente vengan a mí cada vez más
intensos. Es decir, vivo en un mundo aparte pero con las mismas jodidas
emociones que en el mundo real. Sólo que sin sol, salvo cuando enciendo el
Skype.
Y a parte están esos pequeños
vicios que me hacen perder tanto tiempo…el comer, el responder a mis
necesidades puramente fisiológicas (cada uno que entienda lo que quiera) y
dormir, y encima es que cuando intentas sobreponerte a ellas y tomarte un buen
(marca de bebida energética con alto contenido cafeínico) siempre hay alguien
que te dice: “Sabes que eso es malo, ¿verdad?” y tú piensas “sí, tengo cierta
capacidad mental y además ya me lo has dicho”… la cosa cambia cuando empiezan
las palpitaciones y ataques de ansiedad claro, y empiezas a buscar métodos
alternativos para quedarte despierto…
Por eso el tema vuelve a ser que
sigo aquí encerrado mientras empiezo a dudar de mi salud mental (a pesar de que
el Wall-e de mi pared últimamente me dice que estoy bien de la cabeza, empiezo
a pensar que tiene algo en mi contra por cómo me mira) y me temo que durante
los próximos días no tendré más remedio que ir sumiéndome más y más en esa
especie de submundo que forma mi habitación con el resto de la realidad, que
sólo se interesa por mí para saber de los temas de bioética salvo por contadas
excepciones, antes de poder volver a salir a la luz del día.
Y cuando eso llegue, me volveré a
sumir en un mundo de gente viva, real y de carne y hueso (creo que sí, al
menos) a no ser que el apocalipsis zombie ya haya sido una realidad. Y tras
acostumbrar mis ojos a luz del sol (el de fuera, no el del Skype), sentiré que
ya soy un 25% más libre, aunque intentaré no volver a aparecer por este lugar
lúgubre y oscuro que otrora fue una habitación y que ahora es un caos de
folios, latas en la papelera (el baloncesto vale para despejarse) y muchas
cosas que me recuerdan todo lo que no estoy pudiendo hacer, y que en cuanto sea
libre dejarán de estar visibles para placer de mi aburrimiento.
Carlos, así estamos muchos u.u
ResponderEliminarPero bueno, hay que intentar pensar en que servirá de algo, tanto el estudio como el paro académico, y que aunque puede que cueste mucho, al final la recompensa vendrá a nosotros.
Por lo demás, muchísima suerte con los exámenes (aunque ambos sabemos que eso sólo no es suficiente) Y a ver si podemos vernos cuando todo este infierno acabe ;)