Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

lunes, 13 de febrero de 2012

El día a día

Es… ¿cómo describirlo?…Es como…¿volar? Sí, como volar en el cielo, pero no cuando está azul, si no en uno de esos días de tormenta, en los que el viento te tiene a su merced. Ese viento que te da algo de miedo, pero que te hace respirar. Es como andar, andar en el mar. Satisfacer un deseo, sabiendo que nunca más tendrás que mirar atrás.
Es como correr hacia el vacío, hacia un precipicio que se abre delante de ti, que te espera y que te sonríe. Es un subidón de adrenalina, como ser soldado en una guerra, persiguiendo un objetivo.
Es como caer en un sueño, te pone el corazón a cien. Aún más, a mil. Es una lucha, una obsesión, una agonía… es una de las mejores sensaciones que se pueden vivir. Es hacer puenting, paracaidismo, y desear que nunca llegue el suelo, desear seguir cayendo y disfrutar de las vistas, del aire y de la sensación de vida.
Es emoción, y seguridad. Es saber que siempre va a estar ahí esa mano amiga. Que da igual lo que pase porque estará a tu lado. Que si las lágrimas, la oscuridad o la falta de fuerzas te hacen caer podrás agarrarte a su mano.
Es contar con ella, con una amiga, una confidente. Saber que siempre podrás llamarla, y que si no te coge es porque está tan cerca que puede abrazarte. Es sentir que confía en ti, en tu presencia y en tu compañía.
Es querer viajar. Envejecer. Vivir. Es querer darle la vida. Es, simplemente, quererla.

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