Mi sangre en palabras.
Ríos de tinta que sueños surcaban,
Muertes, recuerdos, batallas
Y un lugar donde narrarlas

miércoles, 17 de agosto de 2011

Remember

A veces la vida nos pone a prueba. Con más o menos frecuencia, con buena o mala leche. O con malísima leche. Puede llegarnos con un examen, una prueba, un momento. Una decisión que tenemos que tomar, una pregunta que tenemos que hacer. O no hacer.
Otras veces no podemos optar, o eso nos parece. Con más frecuencia de la justa, nos tenemos que despedir de alguien a quien queremos.
Cuando esto sucede queremos llorar. Gritar. Desaparecer del mundo, porque creemos que así nos va a ser más fácil superar la pérdida. Y eso es, paradójicamente, lo que más nos hunde.
Hay quien dice que cuando una persona está en nuestro corazón o en nuestra memoria se mantiene viva, al menos viva para nosotros. Puede parecernos que es poco, pero le debemos a esa persona o personas el seguir adelante.
No hay que olvidarlas, sino recordar los buenos momentos, esos que tenemos guardados en lo más profundo. Los mismos que al principio nos hacen llorar, porque esos son los mejores momentos que hemos compartido. Porque esos momentos también forman parte de nuestra vida, y por tanto también las personas con las que lo hemos vividos.
Porque mientras nosotros sigamos vivos ellos también lo estarán, formando parte de nosotros. Ya volveremos a vernos más adelante, y cuando llegue el momento, si lo hemos hecho bien aquí, volverán a abrazarnos. Y mientras, descansad en paz.

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